
Un día acompañando a la peque de la en su aventura de bailaora. By Arantza Garrido
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Los días en una familia numerosa siempre empiezan con el despertador sonando temprano y una agenda llena de tareas y momentos compartidos. Pero hoy, desde que abrimos los ojos, sabíamos que sería un día especial. Nuestra pequeña Adriana, la bailaora de la casa, tenía por delante una tarde llena de arte, emoción y flamenco en la Feria de 1900 de Moguer.
Como cada mañana, después de preparar desayunos y mochilas, llevamos a nuestros pinipones al cole. Pero mientras el reloj avanzaba, en la cabeza ya empezaba la organización para poder acompañar a la peque en su gran día. Tras dejar a los niños, pusimos rumbo a Mami Molona Modas, nuestra tienda física en Lucena del Puerto. allí, entre gestiones, pedidos y el directo diario con las novedades para nuestras clientas, el tiempo voló.
A la una y media, como siempre, salí corriendo para recoger a los niños del colegio. El almuerzo fue rápido, pero lleno de conversaciones sobre la tarde que nos esperaba. Mamá, hoy Adriana baila en la feria 1900, decían sus hermanos con orgullo. Porque si algo nos enseña ser y pertenecer a una familia numerosa es que los logros de uno son la alegría de todos.
Y así empieza la verdadera aventura: vestirse, peinarse y preparar a la peque para su gran momento. En casa, cada evento es un despliegue logístico, pero entre todos, lo hacemos con amor y, sobre todo, con muchas risas. Adriana, la más pequeña de la casa, puede ser la benjamina, pero cuando se pone su traje de flamenca y recoge su pelo, su mirada brilla con la seguridad de quien ha encontrado una de sus pasiones.
Ya en el centro de Moguer, la Feria de 1900 nos recibió con su ambiente festivo. Adriana, junto a sus compañeras de la compañía de Virginia López , desfilan en el pasacalles con la alegría desbordante que solo una niña puede mostrar cuando está¡ haciendo lo que ama. Después , la actuación de toda la escuela de baile del Liceo de Música fue simplemente mágica. Verla bailar, con su desparpajo y esa chispa especial, nos recuerda una vez más que los sueños empiezan a construirse desde pequeños.
Pero, claro, un día de feria en familia no acaba sin un paseo por los puestos artesanales. Los pinipones eligieron sus detallitos, se montaron en las atracciones y, entre risas y fotos, cerramos una tarde inolvidable.
Y aunque muchos piensen que tengo pilas infinitas, la verdad es que llegamos a casa rendidos, pero con ganas de más por lo que parece, siempre deja detalles que la hacen especial, sin que nadie le diga nada en medio del salón se pone a bailar y no puedo dejar de mirarla, tanto es así que no puedo evitar y me pongo a bailar con ella, un ratito de esos que se quedan para una, traen un buen rato de baile y sin parar nos ponemos las 4 a hacer de otro oficio en una casa la cual nunca para, entre ellas tres y yo nos ponemos hacer croquetas caseras que tanto les gusta; Bueno creo que el día ha sido intenso y después de dedicarle al blog un ratito para terminar estas palabras, empiezo con baños y pijamas, que mañana toca madrugar y salir rumbo a Sevilla a buscar las mejores prendas para mis mami molonas, pero momentos como este son el verdadero motor que nos impulsa cada dia.
Gracias, Adriana, por recordarnos que la pasión y la ilusión no entienden de edad. A¡Nuestra bailaora mas molona, siempre brillando!.